LA COMEDIA HUMANA CANTO XXVII
(Corrupción)
Caminos más caminos son caminos
De tierra, de purgatorio y de infierno
Y son los lugares luciferinos.
Fantasiosa, fantasía fantástica
Enamorada de la corrupción
Y que a muchas almas vuelve fanática.
Con la elegancia del caballero
A lado del querido gordo Sancho,
Luchando le ofrecía fantasía.
Locura de cantarle a diabla cosa
Loco ya soy de esa cosa tan coca
Loco de mente dañina y mohosa,
Esa cosa tan diabla me convoca
Abriéndose su boca me provoca
Veo esa cosa y vuelve la bicoca.
Que con robo y la traición me miran,
En río abajo con agua me arrastra
Que sin amor y mentira me tiran.
Gaseosa cosa como el gran puma
Que abundancia desbordada quería
Tan gaseosa como gigante espuma.
Son instantes de dulce lechería
Que nutre la ilusionaría vida,
Después la tristeza y la noche fría.
¡Ah!, de ella ni amor ni moral ni cielo
Con corazón mohoso va al infierno
Que el absurdo se revuelca en el suelo.
Que al amigo engañado desafía
Que de la justicia ciega se aprovecha
Que de la violencia social se reía.
Y vi al mañoso que a veces moría
Y tiraba piedra y mano escondía,
Cegado gritaba y nadie lo oía.
¡Sí!, ícono del mal. ¡Sí!, la corruptina
Como la rata que trae la peste
Que por más veneno no se elimina,
En el castillo con mágica flauta,
Ya elegido llamó: -Caza de Ratas-,
Manipulando cosas y sin pauta.
Y un Estado profundo y misterioso
Do corrupción con la conspiración
Son desencanto al corazón hermoso.
¡Oh!, sí, sorpresa y sorprendido y frío
Cuando vi la politiquería con
Criterios ruines, mezquinos y crío.
Ni Hamelin con su flauta no podía.
Sufría el flagelo toda la tierra
Cambiando de colores se reía.
¡Oh!, corrupto como águila desteta.
¡Oh!, en vuelo certero huele su presa.
¡Oh!, que acero pico de tajo afecta.
Vos eres un buen águila no permitas
Que las aves de corral te desplumen
Vuela a las dimensiones infinitas,
Y vos dile a la esclavitud corrupta
Alado hasta el infinito yo quiero
Do la mente no sea tan abrupta.
¡Sí!, como alcázar la mente cristalina
Que tentada se convierte en escudo
Y escudo broncíneo que ilumina.
El flautista cazador de las ratas
Por calurosa-misteriosa desgracia
En Colombia vestía de alpargatas,
Y ratas salían de sus cubiles,
Ratas salían de sus agujeros,
Hamelin lideraba los desfiles.
Ya reunidos flautistas por doquier,
Como ejército de flauta encantada
Y las ratas huían sin querer…,
Y Hamelin soñaba sin corruptos
Tomaba las chequeras de las ratas
Y de ambiciosos ratones polutos.
Vi gigantes gatas alienígenas
Como alternativas cazadoras
Unidas a flautistas indígenas.
Cuentan que el océano enfurecido
Se los tragó con sus monstruosas fauces
Y algunos fueron de total olvido.
Maestro, ¿qué de todo esto dirías?:
Escuchad mi diligente discípulo
Ni es xenofobia ni otras tonterías,
Ratones acabando todo el queso
Son los mismos propios con los propios
Y otros muriendo a falta de eso;
Discípulo, en completa francachela
Jugaban cartas y entre ellas la trampa
¡Sí!, astillas de la misma corruptela.
Discípulo rebelión declarada
Organizada a la moral sometían
Con cínico dorado que adoraba,
Fantasmas de creer no parecían
Cuando el arrume de oro se veía
En defensores dizque protegían,
Todos apetecían la tramoya
De la señora pillada con moña
Que sólo quería escudar la soya.
Discípulo, los vi que sí sufrían
Nunca creí verlos arrodillados
Do el purgatorio ni que llorarían.
¡Oh!, los jueces eran incorruptibles.
Los extradictaron para el infierno
Allá los vi ardiendo en llamas horribles.
¡Discípulo sí!, con mis propios ojos
Eso es lo que yo veo en la Tierra,
Purgatorio e Infierno con tanto enojos.
Engañosa y seductora la bicoca,
La bicoca engaño de dulce víbora
Que bicoca daba a Eva de su boca.
Discípulo los vi entes muertos-vivos
Cruzando el río Aqueronte Submundo
Con blanca plata en ojos abusivos,
Mientras los pobres sin óbolo alguno
Rodaban eternamente en el llano
Hasta ser ajusticiados uno a uno.
Maestro, ¿por qué se creen poderosos?
Porque sus ojos sólo codiciosos
Parecen nobles en ojos virtuosos.
Camino por camino de sorpresa,
De Tierra, de Purgatorio y de infierno
Y sorprendido estoy como su presa.
Planeta de los vivos y de muertos;
Planeta de purgatorio y de infierno;
Planeta de cielo, pero de entuertos;
Alucinando vi como el Quijote
La locura de siempre cabalgando
Engañando al gordito monigote,
Dependiente de un aura fascinante,
Vertebradora alegría de instantes,
Y un alma con inspiradora mente.
Que vencía a los gigantes molinos,
Demonios contra honesto caballero,
De oportunidad sin juicios mezquinos.
¡Qué bella mente!, ¡qué mente famosa!
De seso imaginario y salutífero
Para Sancho y su Dulcinea hermosa.
La dama de su amor la del Toboso,
Quien luego de duras batallas
Le brindaba su corazón cariñoso;
Valiente se imponía al deshonesto
Y antes que nada era un gran caballero
Y su locura era su amor honesto.
Y el Dante como poeta advertía
De aquello que en su época ocurría,
Pero que al mal también escribiría;
De juego poético, amoroso y bello,
Disimulo estético de la prosa,
De su idilio con deseado cabello;
Símbolo de ilusión y sufrimiento
En prosa de un bardo por los caminos,
Y con pecado de hondo sentimiento.
¡Tienta otra vez seductora bicoca!
¡Tienta otra vez en sitibundas bocas!
¡Tienta otra vez con esa poca coca!
Poderoso espejo son sus pecados,
Pero también sucumben por la borda
De la barca en tanto son atrapados
Y al infierno van con el alma sorda.
R. Escandón. 2022. 01. 05. Medellín. Antioquia. Colombia.